Holichiwa, amantes del anime y manga, hoy tenemos un tema que ha hecho explotar las redes sociales: la tesis titulada “Sailor Moon me hizo gay”. Sí, leíste bien. Esta investigación ha generado un debate intenso que ni el poder de la Luna podría detenerlo y aquí te contamos los detalles.
La tesis que encendió las redes
Todo comenzó cuando Daniel Eugenio Salazar Lara, un valiente académico del Instituto Tecnológico de Monterrey, presentó su tesis de maestría con un título que no deja indiferente a nadie:
“Sailor Moon me hizo gay: La subjetividad e identidad del hombre gay millennial mexicano desde el consumo de Sailor Moon”.
En su investigación, Salazar explora cómo este icónico anime, lleno de magia, acción y muchísima purpurina, ha moldeado la identidad de hombres gays millennials en México.
Salazar plantea que la estética andrógina y la temática femenina de Sailor Moon, que rompió con los estereotipos tradicionales de masculinidad, jugó un papel clave en la autoaceptación y construcción de identidad de sus seguidores.
Diez valientes fans compartieron sus experiencias en este estudio, demostrando que el amor por Serena y sus amigas no solo era por su habilidad para salvar el mundo, sino también por lo que representaban en términos de identidad de género.
El debate por los recursos que se destinaron para la tesis
Las redes sociales y la comunidad académica se lanzaron a debatir la validez de esta investigación. Algunos críticos levantaron las cejas cuestionando el uso de recursos públicos para financiar esta investigación, pues, según los documentos del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), Salazar recibió la nada despreciable suma de 64 mil 814 pesos mexicanos (unos 3 mil 400 dólares) para realizar su tesis. ¡Suficiente para comprar unas cuantas figuras coleccionables de Sailor Moon!
Además, el hecho de que el estudio se base en solo diez entrevistas ha sido un punto caliente de discusión. ¿Es suficiente esta muestra para justificar una tesis de maestría? Algunos dicen que no, mientras que otros defienden que lo importante es la profundidad del análisis, no la cantidad de datos.
¿La Culpa es del Sistema?
Algunos creen que el verdadero problema no está en la investigación en sí, sino en el sistema que permitió que se financiara con dinero público. Aquí es donde algunos académicos dirigen sus dardos: al comité que aprobó la financiación y al proceso que dio luz verde a este tipo de estudios.
Defensores y detractores
Por un lado, están los que consideran que la tesis de Salazar es simplemente un chiste de mal gusto, una broma académica que no debería haber pasado los filtros de un comité serio. Las críticas en redes no se hicieron esperar: “Entonces las señoras católicas que decían que ver Sailor Moon y Ranma ½ te iba a convertir en gay en los 90s tenían razón”, bromeaban algunos usuarios.
Por otro lado, hay quienes defienden la tesis con uñas y dientes (y varitas mágicas), argumentando que, aunque el título pueda sonar sensacionalista, el tema es válido y relevante. Estos defensores subrayan la importancia de estudiar cómo los productos culturales, como el anime, pueden influir en la identidad y autoaceptación de las personas, especialmente en comunidades marginadas como la LGBT+.
¿Qué Nos Enseña Sailor Moon?
Independientemente de dónde te posiciones en este debate, lo cierto es que Sailor Moon sigue siendo un fenómeno cultural que va más allá de las pantallas. Su influencia en generaciones de fans es innegable, y este estudio lo pone en evidencia, para bien o para mal.
La próxima vez que veas a Serena transformarse bajo la luz de la Luna, recuerda que estás presenciando algo que ha impactado la vida de muchas personas de maneras que ni siquiera imaginarías.
¿Crees que Sailor Moon tiene un poder tan grande como para moldear la identidad de sus fans? Déjanos tus comentarios y sigamos la conversación.
¡Nos vemos en la próxima amigos de ChirChi!